Los créditos y los préstamos son productos que nos permiten conseguir financiación, sin embargo presentan diferencias bastante importantes que no siempre los usuarios de servicios financieros tienen presentes en la contratación de estos productos.
El préstamo es una operación a medio o largo plazo por la cual el Banco le presta la cantidad determinada de dinero, que usted necesita la adquisición o inversión en bienes con importe conocido con antelación, y que va a ser devuelta dentro de unos términos establecidos.
Esta operación está pensada para financiar operaciones concretas de compras, ampliaciones, reformas, etc… el importe de las cuales se puede especificar con exactitud.
El precio que se paga por disponer de la póliza de préstamo puede ser fijo o variable, y suele incluir unas comisiones (por la concesión o apertura del préstamo, por la amortización total o parcial antes del plazo estipulado…) y unos intereses, que se liquidan de forma periódica y que pueden ser de tipo fijo o variable junto con la parte correspondiente del capital del préstamo que se devuelve (amortización), salvo que se haya pactado algún período inicial de carencia en el que sólo se pagan intereses, sin amortizar todavía capital.
En cambio, un crédito es una operación en la que la entidad financiera pone a disposición del cliente un capital del que va disponiendo en función de sus necesidades financieras. El cliente únicamente paga intereses sobre la cantidad dispuesta y una pequeña comisión sobre el saldo disponible pero no dispuesto.
Es una operación que se suele conceder a corto plazo, sin perjuicio de que transcurrido ese plazo se renueve el crédito siempre que lo consientan ambas partes (aunque variarán las condiciones, al alza o a la baja, en función de las circunstancias financieras). Suele pedirse por empresarios o profesionales que necesitan disponer de liquidez efectiva (circulante para el negocio) en momentos puntuales, pero desconocen cuándo y en qué cantidades exactas.
Existen una serie de diferencias básicas entre los préstamos y los créditos:
- En el préstamo la cantidad prestada se pone a disposición del capital de una sola vez en el momento inicial, mientras que en el crédito solo se dispone de la cantidad necesaria en cada momento.
- Mientras que en el préstamo el saldo financiero siempre es a favor del prestamista (crédito unilateral), en el crédito el saldo financiero puede ser a favor de ambas partes (crédito unilateral), puesto que el cliente puede efectuar ingresos que superen al saldo vivo del crédito.
- En los préstamos hay que pagar intereses desde el momento en que se entrega el capital, mientras que en los créditos se abonarán intereses cuando se disponga del capital necesario.
- Mientras que el crédito se puede renovar varias veces a su vencimiento, el préstamo ha de amortizarse en el plazo convenido.
- El plazo del crédito suele ser menor que el del préstamo.
- Los tipos de interés suelen ser más altos en los créditos que en los préstamos.
- Los usuarios de los créditos suelen ser profesionales y pequeñas y medianas empresas que necesitan tener cubiertas sus necesidades de tesorería en momentos muy puntuales. Los préstamos se utilizan para adquirir bienes de alto valor.
Entre los productos más habituales que se articulan como préstamo encontrarmos la hipoteca, con unas características bastante diferenciadas de otros préstamos como puede ser la financiación de un vehículo.
Por otra parte, en la modalidad de créditos hay un producto estrella en el mercado, la tarjeta de crédito, la cual requiere una serie de recomendaciones para su utilización razonable y que no nos depare sorpresas desagradables.