Sí, sin duda.
El contrato de alquiler puede regularse de muchas maneras, según las conveniencias o necesidades de los contratantes. Acudir a un notario puede ser muy útil, tanto para el propietario como el inquilino. De hecho, el asesoramiento notarial es imparcial y puede resultar clave para evitar posibles conflictos.
El notario puede disipar dudas acerca de aspectos como la duración del contrato, las prórrogas, la forma de proceder si se quiere realizar obras o mejoras, o cómo actualizar la renta.
Adicionalmente, optar por esta vía impide el extravío del documento y permite estar tranquilo ante contingencias imprevistas -que el contrato se queme o se moje- ya que, aunque las partes se queden con una copia firmada por el notario, éste conserva la escritura original.
También permite inscribir la escritura en el Registro de la Propiedad, lo que protege ante futuras hipotecas o futuros embargos.